miércoles, 4 de diciembre de 2013

Como se puede contaminar los acuiferos

Contaminación del Agua Subterránea
Los acuíferos se contaminan desde la superficie. El agua que se infiltra lixivia los contaminantes que haya sobre el suelo llevándolos hasta la capa de agua subterránea. La contaminación puede ser localizada o difusa. En el primer caso se produce principalmente por el lavado de todas aquellas fuentes de contaminantes mal impermeabilizadas como pueden ser: vertederos de residuos urbanos o industriales, fosas sépticas, depósitos de hidrocarburos subterráneos, materiales producidos durante las labores mineras (enriquecimiento mineral, escombreras de estériles, etc.), sales utilizadas para el deshielo de carreteras, etc.
La contaminación difusa o dispersa procede del uso indiscriminado de productos agrícolas tales como fertilizantes químicos (nitratos, fosfatos, etc), productos fitosanitarios (plaguicidas, pesticidas, insecticidas, etc.) purines y otros abonos orgánicos, enmiendas de suelos,....). Todos aquellos compuestos que no son absorbidos por las plantas u otros seres vivos o quede fijado/adsorbido por las partículas sólidas del suelo pasarán a formar parte del agua subterránea.

La mayor o menor probabilidad de que los contaminantes puedan llegar a incorporarse al ciclo del agua dependerá de su solubilidad y de las características físico-químicas del suelo tales como capacidad de intercambio iónico, pH, Predox, temperatura del agua, etc.
El subsuelo tiene un cierto poder de depuración del agua tanto microbiológica (en la zona de aireación) como química (hidrólisis, oxidación, reducción,..) pero sólo si el agua fluye despacio. Por ello dependiendo de la permeabilidad del acuífero (máxima en acuíferos cársticos) los contaminantes se dispersarán más o menos o podrán ser en cierta medida eliminados. En ocasiones los contaminantes se transforman en otros compuestos más tóxicos aún que aquellos de los que proceden.
El agua contaminada puede fácilmente desembocar en un río o en un pozo pues el cono de depresión originado ayuda a la propagación de la contaminación. Este hecho puede traer fatales consecuencias para los ríos o lagos o cualquier otro ecosistema además de dar lugar a enfermedades en el ser humano (infecciones, cáncer, alergias, asma, etc.). Existen cientos o miles de compuestos (en su mayoría todavía no investigados) que pueden ser tóxicos, unos de los más importantes son los nitratos de origen agrícola que se utilizan como fertilizante desconociendo casi siempre su gran solubilidad y por tanto la facilidad de perderse por lavado.
De ahí que sea tan importante por un lado impermeabilizar correctamente cualquier foco de contaminación o limitar en la medida de lo posible su uso, así como conocer el comportamiento del agua subterránea determinando la permeabilidad de los materiales, el sentido de flujo y por ejemplo el volumen de agua crítica extraíble para evitar la sobreexplotación.
Una vez que los contaminantes llegan al agua del acuífero se dispersan más o menos rápidamente dependiendo de la permeabilidad de éste (máxima en acuíferos cársticos). El subsuelo tiene un cierto poder de autodepuración tanto biológica (en la parte superior) como química, pero sólo si el agua fluye despacio. La contaminación puede fácilmente desembocar en un río o en un pozo pues el cono de depresión originado ayuda a la propagación de ésta.
En muchos casos la contaminación de los acuíferos es más peligrosa que la de las aguas superficiales pues generalmente se tarda mucho más en percibir sus efectos, a menudo es demasiado tarde después de que ingentes cantidades de contaminantes se han introducido en el sistema y cuando los responsables hace tiempo que han dejado de actuar.
Otras Consecuencias de la Sobreexplotación
Salinización de los Acuíferos
En numerosos lugares costeros del mundo, sobre todo aquellos con extensas explotaciones agrícolas donde el agua en superficie escasea sufren la salinización de sus acuíferos. En numerosos lugares costeros del mundo, sobre todo aquellos con extensas explotaciones agrícolas donde el agua en superficie escasea sufren la salinización de sus acuíferos. La interfase agua dulce/agua marina (más densa) se adentra en forma de cuña en el acuífero continental situándose por tanto más superficial cuanto más cerca del mar. Cuando de acuíferos litorales se extrae agua subterránea en exceso se produce una invasión del acuífero continental por agua marina salada originándose alrededor del pozo un cono invertido y extrayendo en consecuencia agua salobre (fig.).
Las sales se incorporan al suelo mediante el agua de riego salinizando los campos agrícolas haciendo que pierdan su fertilidad y su productividad a medio-corto plazo. Las sales permanecen en el suelo migrando verticalmente dependiendo de la época del año acercándose a la superficie en verano por ascensos capilares. Gran parte del litoral mediterráneo y de las Islas Canarias están más o menos afectados por este grave problema de difícil y costosa recuperación. Únicamente es posible devolver al suelo su fertilidad eliminando las sales mediante sucesivos lavados y drenando las salmueras resultantes para extraerlas del suelo.
Consecuencia también de la sobreexplotación es la subsidencia o hundimiento del terreno. Esto sucede cuando se extrae rápidamente el agua de los acuíferos confinados o semiconfinados sin dejar que ser recarguen. En estos casos el agua se encuentra a presión soportando parte del peso de los sedimentos o rocas suprayacentes. Mientras el agua desaloja los poros las partículas sólidas se aproximan el acuífero se compacta lo que provoca un aumento de densidad y el hundimiento progresivo del terreno por el peso de las capas que hay por encima. Este hecho es irreversible pues aunque se quisiera recargar el acuífero éste ha perdido la mayor parte de su permeabilidad. El resultado es la aparición de grandes grietas en edificios, puentes, carreteras, muros de presas y demás infraestructuras llegando incluso en ocasiones a tener que derribarlas. En algunos lugares del mundo como por ejemplo en el valle de San Joaquín (California), área tradicionalmente agrícola o en numerosas zonas de Méjico la subsidencia es de tal magnitud que el suelo se ha hundido varios metros en unas pocas decenas de años. Este fenómeno también es relativamente frecuente en España (p.ej. en la ciudad de Murcia) aunque aún no están bien analizados sus efectos en nuestro país fundamentalmente para evitar responsabilidades civiles.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario